sábado, 3 de septiembre de 2011

Caras de Bélmez



Las caras de Bélmez son un fenómeno que se produce desde 1971 en el suelo de la casa de calle Real, número 5, Bélmez de la Moraleda (Jaén, España). Adeptos a la parapsicología han considerado este suceso como «sin duda, el fenómeno paranormal más importante de este siglo» (por el siglo XX).1 Sin embargo, varios estudiosos del tema lo han catalogado de fraude.
Historia
El inicio: Aparición de las primeras caras
La primera noticia sobre el fenómeno apareció publicada en un diario local en noviembre de 1971 y fue en lo sucesivo tratada profusamente por los medios de comunicación de la época. Una vecina de Bélmez, María Gómez Cámara, aseguraba que el 23 de agosto de ese mismo año advirtió mientras cocinaba en el suelo de cemento de su cocina, una gran mancha con forma clara de rostro humano y salió a avisar a sus vecinas, cinco días más tarde se raspó la supuesta cara y el albañil Sebastián Fuentes León echó yeso sobre la misma. Sin embargo, siempre según las declaraciones de los protagonistas, reapareció días más tarde. Era un rostro aparentemente de varón, con los ojos y la boca abiertos y unos largos trazos oscuros a modo de bigotes. En los días siguientes aparecieron en el suelo de la cocina y el pasillo de la casa nuevos rostros que se añadieron al inicial, que aparecían y desaparecían, se desplazaban o se transformaban en otros, en un continuo movimiento que habría continuado en mayor o menor medida hasta hoy día.

Reacciones
Los períodicos se posicionaron en posturas opuestas: defiende la autenticidad del suceso el diario Pueblo, mientras que otros, como el Ideal, lo catalogan como fraude.
Debido a la repercusión mediática, empiezan a llegar personajes famosos del mundo de la parasicología como Germán de Argumosa o Hans Bender, catalogando a Bélmez como un gran misterio. Este último publicó unas líneas sobre el caso en el Zeitschrift für Parapsychologieavalando la hipótesis paranormal.

A los 6 meses de las apariciones el periódico Ideal hacía públicos los resultados de unos análisis que demostraban que las caras habían sido pintadas con nitrato y cloruro de plata. Este método es muy eficaz ya que los rostros aparecen al tiempo de haber sido pintados4
Más tarde fue realizado otro análisis a las caras por el CSIC, en el cual no se mostraban restos de las sustancias señaladas como componentes de las caras en el primer análisis. Cabe destacar que el CSIC advirtió que desconocía cuál había sido el proceso para recoger las muestras y que estas fueron entregadas en un sobre de azúcar de cualquier cafetería5

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