martes, 24 de abril de 2012

LOS CUENTOS DE HOFFMAN

Los cuentos de Hoffmann Obra en tres actos más un prólogo y un epílogo, con música deJacques Offenbach (1819 - 1880) sobre un ibreto de Jules Barbier.El texto está basado en una obra que el propio Barbier y Michel Carrè habían escrito sobre cuentos del poeta alemán E.T.A. Hoffmann. Se estrenó en París el 10 de febrero de 1881. Offenbach murió antes de terminar su obra. Ernest Giraud (1837-1892) emprendió su orquestación y también le añadió los recitativos, de manera semejante a lo que hizo con Carmen de Bizet. Ahora bien, en épocas recientes se ha manifestado en los teatros de ópera una tendencia a eliminar los recitativos y a sustituirlos por diálogos hablados, como era la intención de Offenbach. Por otra parte, aunque se vienen dando los tres actos en el orden Olympia-Giulietta-Antonia, la intención de Offenbach fue, como queda claro por las referencias en el prólogo y en el epílogo, que la última fuese Giulietta. En varias ocasiones se ha representado de este modo, en este argumento sigue este orden. Idealmente, las tres intérpretes, que no son sino diferentes encarnaciones de los amores de Hoffmann, deberían ser interpretadas por la misma cantante, lo que no siempre ha ocurrido Pero es normal, en los mismos supuestos dramáticos, que los cuatro papeles de "villano" (Lindorf, Coppelius, Miracle y Dapertutto) sean interpretados por el mismo barítono, ya que los cuatro son encarnaciones diferentes del mismo genio del mal que en cada ocasión frustran a Hoffmann. Algunos otros papeles pueden ser doblados.
Personajes Prólogo y epílogo HOFFMANN NICKLAUS STELLA LINDORF LA MUSA ANDREAS LUTHER HERMANN NATHANIEL Joven Poeta Amigo de Hoffmann Cantante de ópera Rival de Hoffmann Musa de Hoffmann Sirviente de Stella Cervecero Estudiante Estudiante Tenor Mezzosoprano Parte hablada Barítono Parte hablada Tenor Bajo Barítono Tenor
Actos I, II y III HOFFMANN NICKLAUSSE OLYMPIA SPALANZANI COCHENILLE COPPELIUS GIULIETTA DAPERTUTTO SCHLEMIL PITICHINACCIO ANTONIA CRESPEL Dr. MIRACLE Joven Poeta Amigo de Hoffmann Muñeca Mecánica, hija de Spalanzani físico e inventor, Constructor de Olimpia Sirviente de Spalanzani Espíritu del mal Cortesana Veneciana, amada por Hoffmann Espíritu del mal Enamorado de Giulietta Criado de Julieta Tísica, amada por Hoffmann Padre de Antonia Espíritu dell mal, doctor de Antonia Tenor Mezzosoprano Soprano Tenor Tenor Barítono Soprano Barítono Tenor Tenor Cómico Soprano Tenor Barítono Coro de huéspedes de Spalanzani y de damas y caballeros venecianos, etc. La acción del prólogo y el epílogo se desarrolla en Nüremberg, y en los tres actos, respectivamente, en París, Munich y Venecia en el siglo XIX
PRÓLOGO.- En la cervecería de Luther, en Nüremberg, cercana al teatro de la ópera en donde la celebrada cantante Stella interpreta Don Giovanni, los clientes piden cerveza y vino. Entra Lindorf, un hombre casado, que corteja a Stella y soborna a su criado, Andreas, para que le dé una carta, que Stella ha enviado a Hoffmann, en la que está incluida la llave de su habitación; Lindorf tiene el propósito de sustituir a Hoffmann. Entra Luther con unos camareros a preparar el lugar para un grupo de estudiantes, que llegan enseguida, cantando vigorosamente, dirigidos por Hermann y Nathaniel. Éste propone un brindis a Stella, y después él y Hermann preguntan a Luther por Hoffmann; en este preciso momento llega Hoffmann con su amigo Nicklaus, quien irónicamente se refiere a la música de la canción de Leporello en Don Giovanni y aplica la letra al modo cómo le cansan las aventuras permanentes de Hoffmann: "Notte e giorno faticar". Hoffmann, al principio tiene un aire reflexivo. Respondiendo a las peticiones de los circunstantes, canta un aire cómico sobre un enano, Kleinzach, pero su inspiración romántica le lleva, en medio de la canción, por otro camino, y canta su afán en pos del amor. Poco después Hoffmann ve a Lindorf, que se burla de él; Hoffmann reconoce en Lindorf las fuerzas del mal, que siempre le han acosado, y ambos intercambian insultos. La conversación se centra ahora en las amigas de los estudiantes: Hoffmann habla de sus tres amores (todos ellos personificados en Stella). Desatendiendo el aviso de Luther de que el telón va a levantarse para el siguiente acto de la ópera, los estudiantes se disponen a escuchar el relato de los tres amores de Hoffmann... "El primero se llamaba Olympia...". ACTO I.- En París, el físico e inventor Spalanzani se jacta de su "hija", Olympia. Hoffmann, que ha sido discípulo de Spalanzani y está prendado de Olympia, entra en la sala. Spalanzani, después de haber dado órdenes a su sirviente, Cochenille, deja solo a Hoffmann, quien atisba a través de una cortina y ve a Olympia, aparentemente dormida. Arrobado, canta: "Ah! vivre deux!" ("Ah! Vivir los dos"). Entra ahora Nicklaus y dice a Hoffmann que el único interés de Spalanzani es la ciencia y que construye muñecas que parecen vivientes: "Une poupée aux yeux d'émail" ("Una muñeca con los ojos de esmalte").
Pero Hoffmann se niega a creer lo que le dicen. Entra Coppelius, un inventor rival de Spalanzani, y canta acerca de sus objetos científicos y vende a Hoffmann un par de "ojos" mágicos a través de los cuales Olympia parece aún más maravillosa. Regresa Spalanzani, y, sin ser oído por Hoffmann, Coppelius le reclama la parte que le corresponde de lo que Spalanzani ha ganado 0 gane con Olympia, pues los ojos los hizo Coppelius. Spalanzani paga a Coppelius con un cheque librado contra un banquero que está en bancarrota. Llegan ahora los invitados para la presentación de Olympia. Nicklaus y Hoffmann esperan ansiosamente ver a la bella muchacha, que pronto es presentada por Spalanzani para admiración de todos, especialmente de Hoffmann. Spalanzani anuncia que Olympia va a cantar con acompañamiento de arpa. Canta entonces un aria coloratura, "Les oiseaux dans la charmille" ("Los pájaros en la enramada"), pero hay un momento en medio de la canción en que Spalanzani tiene que acercarse presurosamente a Olympia para dar cuerda al mecanismo. Hoffmann, entusiasmado y sin darse cuenta de lo que es Olympia, quiere invitarla a cenar, pero el inventor pretexta una excusa. Se marchan los invitados y Hoffmann, a solas con Olympia, le canta amorosamente; cuando toca su hombro, recibe una respuesta mecánica. Por fin, él toma su mano; ella se levanta, se mueve en varias direcciones y sale rápidamente de allí, con la consternación consiguiente de Hoffmann. Entra Nicklaus y trata de hacer saber a Hoffmann la verdad sobre Olympia, pero Hoffmann se niega a escucharlo. Llega ahora Coppelius; ha comprobado que el cheque de Spalanzani no tiene valor y viene dispuesto a vengarse. Desaparece para ocultarse en la habitación de Olympia y espera que ella llegue. Vuelven los invitados y el baile comienza de nuevo. Hoffmann toma a Olympia por pareja; danzan durante un rato, pero la muñeca gira cada vez con más rapidez hasta que Spalanzani le da un golpecito y la detiene (después de que Nicklaus había intentado hacerlo sin conseguirlo), Hoffmann está exhausto y aturdido; sus lentes (los "ojos" que le dio Coppelius) se han roto. Mientras, se oye en el interior de la casa un ruido de maquinaria rota: Coppelius ha destrozado a Olympia. Hoffmann, horrorizado, se da cuenta entonces de que se había enamorado de una muñeca mecánica. Mientras Coppelius y Spalanzani se cubren mutuamente de insultos, los invitados se burlan del desilusionado Hoffmann. ACTO II.- La segunda historia sucede en Munich. Antonia, de la que Hoffmann está enamorado, sentada ante un clave, canta una triste canción: "Elle a fui, la tourterelle" ("Ha huido la tortolita"). Crespel, su padre, entra y le recuerda su promesa de no cantar, pues ha heredado de su madre una bella voz, pero también una terrible enfermedad, la tuberculosis, que se agrava si canta. Antonia se marcha, después de renovar su promesa. Crespel, molesto porque la insistencia de Hoffmann perturba la paz de espíritu de su hija, ordena a su criado Franz, que es sordo, que no deje entrar a Hoffmann en la casa. Después de una canción cómica por parte de Franz, entra Hoffmann acompañado de Nicklaus, y Franz, desobedeciendo a su amo le deja entrar. Hoffmann inicia el dúo amoroso que él y Antonia solían cantar. Entra Antonia y se abraza apasionadamente con Hoffmann; Nicklaus les deja solos. Antonia refiere que le han prohibido cantar, pero él insiste en que lo haga; ella se pone en clave y ambos cantan el dúo que había iniciado Hoffrnann. Al final del dúo ella desfallece y al oír a su padre se marcha a su habitación, en tanto que Hoffmann se esconde. Entra Franz y anuncia al Dr. Miracle. Crespel ordena al criado que no le haga pasar, porque no quiere que el tratamiento del médico cause la muerte de su hija como ocurrió ya con su esposa. Pero Miracle entra e insiste en tratar a Antonia, ante el temor de Crespel y de Hoffmann, que permanece escondido. Por artes mágicas diagnostica la enfermedad de Antonia en ausencia de la paciente, y a pesar de las ásperas protestas de Crespel, receta el remedio. Y como si oyera el mandato de Miracle, "Chantez" ("Cantad"), Antonia escucha entre bastidores su propia voz. Miracle no se inmuta ante los furiosos intentos de Crespel para arrojarlo de allí, y vuelve atravesando el muro cuando Crespel ha conseguido echarlos. Finalmente se marcha, seguido por Crespel. Antonia vuelve y se encuentra a Hoffmann solo. Antes de marcharse el poeta dice a su amada que debe olvidar sus sueños de llegar a ser una gran cantante. Ella accede a no volver a cantar jamás ("Je ne chanterais plus"). Vuelve ahora el doctor Miracle como por arte de magia y dice que un talento como el de Antonia no debe perderse y le pinta un porvenir maravilloso como cantante. Antonia, llena de confusión, mira hacia el retrato de su madre, pidiéndole ayuda. El retrato cobra vida y habla a la muchacha, ordenándole que cante, mientras Miracle toca endiabladamente el violín. Al final, Miracle desaparece en la tierra, el retrato recobra su forma natural y Antonia cae el suelo moribunda. Entra Crespel a tiempo de cambiar unas pocas palabras con su hija antes de que muera. Cuando aparece Hoffmann, Crespel le acusa de ser el causante de la muerte de Antonia. Hoffmann se limita a decir a Nicklaus que llame a un médico y Miracle aparece como respuesta a la llamada. Miracle declara la muerte de Antonia. ACTO III.- El tercer relato de Hoffmann tiene lugar en Venecia. La escena, en un palacio desde el que se divisa el Gran Canal; Nicklaus y la cortesana Giuletta cantan la famosa barcarola con la concurrencia de un numeroso grupo de asistentes. Hoffmann canta ahora un alegre brindis: "Amis, I'amour tendre" ("Amigos, el tierno amor"). Hoffmann ama a Giuletta, pero ella está ahora ligada a Schlemil. Giuletta presenta Hoffmann a Schlemil y a otro de sus admiradores, Pittichinaccio, y propone que jueguen a las cartas. Quedan solos Nicklaus y Hoffmann; Nicklaus advierte a su amigo que no cometa locuras; pero Hoffmann está perdidamente enamorado de Giuletta y no se deja convencer fácilmente. Cuando se marchan, Dapertutto, un hechicero que utiliza Giulietta para esclavizar a sus víctimas, entra en escena. Ya ha conseguido atrapar a Schlemil y ahora quiere hacer lo mismo con Hoffmann. Y exhibe el diamante con el que una vez más sobornará a Giuletta para que haga su voluntad: "Scintille, diamant" ("Brilla, diamante"). Aparece Giuletta y Dapertutto le pide que cautive a Hoffmann, para que él a su vez pueda capturar su alma robando su imagen en el espejo. Hoffmann, que llega cuando sale Dapertutto, canta apasionadamente su amor por Giulietta. Ella le previene de los celos de Schlemil, pero dice que es a él, Hoffmann, a quien ama; después hace que se mire en el espejo para que cuando él se marche, ella pueda retener su imagen. Él, confuso, asiente, sin embargo. Aparecen ahora Schlemil con Pittichinaccio, Nicklaus, Dapertutto y otras personas. Dapertutto muestra a Hoffmann un espejo y el poeta se llena de espanto al comprobar que su imagen no se refleja en él. Nicklaus trata en vano de llevarse de allí a Hoffmann, quien dice en alta voz que ama y odia a la vez a Giulietta, lo que provoca en los asistentes comentarios sobre lo que está ocurriendo. Ahora en diálogo hablado, en tanto que la barcarola se escucha como fondo de la escena, Hoffmann pide a Schlemil la llave del aposento de Giulietta; los dos hombres luchan, Hoffmann arrebata a Dapertutto su espada y con ella da muerte a Schlemil. Hoffmann se apodera de la llave y corre hacia la habitación de Giulietta, pero regresa en tanto que Giulietta se acerca por el Canal en una góndola. Pero, en lugar de aceptar a Hoffmann, lo abandona entregándolo como víctima a Dapertutto, y acepta a Pittichinaccio. Nicklaus se lleva al desilusionado Hoffmann. EPÍLOGO.- De nuevo en la taberna de Luther, Hoffmann dice a sus amigos que sus relatos han terminado. A lo lejos, se escuchan aplausos y vítores que Luther dice aclaman a Stella. Lindorf se marcha. En respuesta a unas palabras de Nathaniel, Nicklaus dice que Stella es la encarnación de Olympia, Antonia y Giulietta, y todos brindan por ella. Al principio esto causa la irritación de Hoffmann, pero después piensa que olvidarse de sus sufrimientos es lo mejor que puede hacer. Los estudiantes se marchan, dejando a Hoffmann caído sobre la mesa, totalmente borracho. En una visión se le aparece la musa de la poesía y le dice que dedique a ella su vida, a lo que Hoffmann accede lleno de alegría. Entra Stella y ve a Hoffmann. Nicklaus le dice que el poeta está borracho. Lindorf entra y atrae hacia él a la cantante. La obra concluye mientras se escuchan de nuevo las voces de los estudiantes que entonan un alegre brindis

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